Serie Los Nombres de la Cordillera
Un fenómeno meteorológico tan característico de la Cordillera Cantábrica como es el viento no ha pasado desapercibido a su identificación con topónimos de antiguo origen. La forma más común deriva del latín “ventum”, que ha dado origen a varios derivados, y el más común de ellos es el de Ventana (nombre por el que se conoce el puerto de montaña que une Teverga y Quirós con Babia) y que describe un lugar azotado regularmente por el aire o un paso de los vientos.
Ventaniella (escote de la Cordillera que da paso entre Caso y Ponga y la montaña riañesa) no concilia sin embargo unanimidades entre los lingüistas. La interpretación más evidente es la del sufijo latino “ellam”, que significa “pequeña”, de donde Ventaniella sería un paso pequeño ventoso. Algunos autores, sin embargo, lo asocian a una antigua venta (ventam) en la zona.
Relacionado con el viento estaría también muy probablemente Coriscao, el nombre de la montaña que comparten León y Cantabria, por su evidente relación con el latín “coruscum” (ventisca, cellisca o incluso relampagueo), aunque hay quien atribuye el origen del nombre de esta cumbre al prerromano o euskérico gur-aizka (cumbre de roca).
El viento y sus fenómenos asociados forman parte por ello de la propia identidad y patrimonio de la Cordillera Cantábrica, que como todos los patrimonios, ya se sabe, nunca están libres de la avidez de los mercaderes.